El pasado 19 y 20 de junio se llevó acabo la subasta de la icónica guitarra de Kurt Cobain, vendida en 6 millónes de dólares.
Fue hace unos meses que se anunció la subasta de la guitarra de Kurt Cobain a través de Julien´s Auctions.
Justamente el pasado fin de semana fue que se llevó a cabo el evento en Los Ángeles. La famosa guitarra 1959 Martin D-18E, que el mundialmente conocido músico de Nirvana tocó durante su presentación acústica en 1992 durante el MTV Unplugged, se vendió por la cantidad exacta de $6, 010, 000.
Dicha guitarra que originalmente fue adquirida por Kobain en la tienda Voltage Guitars en la ciudad de Los Ángeles, tiene un nuevo dueño. La guitarra incluye el estuche y otros accesorios como plumillas, entre otros detalles.
Se trata del empresario australiano Peter Freedman, fundador de RØDE Microphones, quien rompió record al adquirir la guitarra por dicha cantidad, ya que esta ha sido la guitarra mejor vendida en cualquier subasta, a tan alto precio.
El empresario planea poner en exhibición la guitarra de Kurt Cobain en galerías y espacios dedicados al arte, utilizando el dinero recaudado para ayudar a las artes escénicas, pues según mencionó, este sector ha sido duramente golpeado por la pandemia generada por COVID-19 y va a tardar en recuperarse para regresar a la normalidad.
Fue a través de las redes sociales de Julien´s Auctions, que se dio a conocer al empresario ahora dueño, de tan especial instrumento musical.
Estas fueron las palabras de Peter Freedman publicadas en el sitio web de su empresa RØDE Microphones:
“When I heard that this iconic guitar was up for auction,” Mr. Freedman says, “I immediately knew it was a once-in-a-lifetime opportunity to secure it and use it as a vehicle to spotlight the struggles that those in the performing arts are facing and have always faced. The global arts industry has been shattered by the impact of COVID-19, with musicians and artists being amongst the most affected. The last few months were the straw that broke the camel’s back, and for many in the arts have brought forth the harsh reality that they work in an industry for which there is little support in times of need. For most, access to financial and health services – particularly mental health services – is very limited. While many industries are gradually returning to normal, it’s going to take a long time before this industry can begin functioning as it was. The toll this has taken and will continue to take is enormous and requires more than just lip service. It requires action now, and I am a man of action.”